Resistir y aceptar una nueva caída, reconocer que hay prioridades en el corazón que impiden seguir ese camino. Una etapa donde anhelo ir lejos y caminar por calles distintas sin que nadie me reconozca y mucho menos hablen mi idioma.
Deseando poder quitar este
nuevo trago amargo que deja lo que todos llaman bonito, al fin de cuentas en mi
caminar sólo deja dolencia, impotencia e
indignación.
Los pies están cansados aspirando
poder por fin descansar en agua tibia y relajarse de una forma tal que por
primera vez en su vida pueda decir, ¡POR
FIN CONOCÍ ESE SENTIMIENTO! El que llaman sincero, real y que busca solo llenar
una parte incompleta de un ser que esta deseando algo total y absolutamente ¡ REAL
Y SANO ! A veces me pregunto si algún día llegará…